ALARA (tan bajo como sea razonablemente posible) es un principio de seguridad radiológica que se estableció para minimizar las dosis de radiación y la liberación de materiales radiactivos al medio ambiente. El principio ALARA se considera la regla de oro de la protección radiológica, ya que puede reducir el riesgo de los trabajadores ocupacionalmente expuestos, como los técnicos de radiaciones. ALARA es también un requisito normativo para los programas de protección radiológica.
Según este estudio , un radiólogo en ejercicio en EEUU recibe una dosis media anual de rayos X de 3,2 mSv.
Cualquier cantidad de exposición a la radiación aumenta los efectos negativos para la salud, ya que la radiación puede dañar el ADN de nuestras células. La radiación en dosis elevadas puede causar cáncer e incluso provocar la muerte. Los bebés, los niños pequeños, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas con sistemas inmunitarios comprometidos son más vulnerables a estos efectos sobre la salud que los adultos sanos.
El principio de seguridad radiológica ALARA es importante porque puede ayudar a evitar tanto la exposición innecesaria como la sobreexposición a la radiación ionizante. Hay tres principios cardinales que cualquier persona que trabaje con fuentes de radiación debe seguir para ayudar a mantener las dosis de radiación "tan bajas como sea razonablemente posible".
Estos tres principios cardinales de ALARA pueden minimizar o incluso evitar la exposición innecesaria a la radiación cuando se trabaja con ella o cerca de ella. El objetivo ALARA puede alcanzarse poniendo en práctica estos principios:
Si trabajas cerca de una fuente radiactiva, debes intentar limitar el tiempo que pasas cerca de ella. Termina tu tarea lo antes posible para evitar pasar más tiempo del necesario cerca de la fuente. Evita permanecer en entornos de riesgo, como zonas contaminadas y zonas con radiactividad en el aire.
Cuanto más lejos estés de la fuente radiactiva, mejor. Manteniéndote a una distancia segura de las fuentes de rayos X, en última instancia disminuyes tu dosis. Maximiza tu distancia y evita coger una fuente potente con las manos.
El blindaje es otra medida de protección contra la radiación. Pon algo entre tú y la fuente de radiación para minimizar tu exposición. Ten en cuenta que el blindaje más eficaz depende del tipo de radiación que emita la fuente. Algunos ejemplos son el hormigón, el plomo y los escudos de plástico especiales.
Los principios básicos de seguridad frente a la radiación mencionados anteriormente suelen considerarse algunos de los más importantes para la protección frente a las fuentes de radiación externas. Sin embargo, hay aún más medidas limitadoras del riesgo que puedes seguir para mantenerte protegido frente a la ingesta de materiales radiactivos o la inhalación (contaminación cutánea).
Infórmate sobre estos 8 principios adicionales de protección radiológica y los mandamientos que los acompañan.
Este principio se aplica a los materiales radiactivos presentes en el aire, el agua o el suelo. "La solución a la contaminación es la dilución" es una frase comúnmente referida que se aplica al principio de dispersión. La idea es que el uso de concentraciones más bajas reducirá la ingesta y la absorción.
La reducción en la fuente se refiere a la reducción de la cantidad de material radiactivo producido o utilizado. También puede referirse a reducir la cantidad de radiación que produce una máquina. Para poner en práctica este principio, recuerda "utilizar lo menos posible" o "limpiarlo y mantenerlo limpio".
La consecución del principio de barrera de la fuente implica controles de ingeniería para concentrar y contener la radiactividad. Algunos ejemplos comunes son los contenedores primarios y secundarios. También pueden utilizarse compartimentos de trabajo como celdas calientes, cajas de guantes y campanas extractoras de humos.
Similar al principio de "blindaje", la barrera personal se refiere a aislarte del material radiactivo o la radiación utilizando una barrera personal. Algunos ejemplos de barrera son los equipos de protección personal (EPP), como gafas gruesas, delantales de plomo y guantes.
El principio de decorporación es especialmente relevante para cualquier persona que haya recibido ingestas o reingresos de materiales radiactivos. La descorporación se refiere a la eliminación de material radiactivo del interior o de la superficie del cuerpo.
También puede implicar el bloqueo de la captación de la circulación sistémica por tejidos u órganos específicos. "Sácalo o quítatelo de encima" es el mandamiento en este caso; la descorporación puede ir desde una simple limpieza hasta procedimientos que sólo deben realizar los médicos.
La mitigación de efectos incluye la reducción del efecto de una dosis individual dada o de una dosis colectiva. Algunos ejemplos de mitigadores de efectos son los eliminadores de radicales libres como la vitamina E (?-Tocoferol), la superóxido dismutasa y los agentes que reducen el daño oxidativo.
"Elige la mejor tecnología" es el mandamiento de este principio. Eso podría significar utilizar una tecnología de radiación ionizante que produzca una dosis menor o una tecnología que no implique radiación ionizante en absoluto.
La clave de este principio implica limitar las exposiciones a otros agentes que podrían actuar conjuntamente, como los agentes genotóxicos o los que causan la iniciación, promoción o progresión de tumores. "No agravar los riesgos" es el mandamiento que hay que recordar aquí.
Minimiza tu exposición y mejora la seguridad en el lugar de trabajo siguiendo siempre el principio ALARA.
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